
Al final se produjo lo que muchos sospechábamos.
La Princesa de Asturias ha dado a luz esta madrugada por cesárea a una niña. Eso explica el
secretismo sobre el sexo del primogénito de
don Felipe y
doña Letizia. Esta noticia conllevará la
inevitable reforma de nuestra Constitución para modificar el
obsoleto imperativo de que sólo un varón puede ser heredero de la Corona. La buena nueva solapa claramente a la que iba a ser la información de la semana. Al debate sobre el polémico
Estatut catalán, que por cierto se celebra el Día de Difuntos, le ha caído un muerto, mejor dicho un vivo, que pulveriza el
protagonismo de Carod-Rovira, Maragall y allegados a la causa catalana. El nacimiento de la nueva infanta, que se llamará
Leonor, copa las portadas de hoy y hartará hasta la saciedad a la opinión pública española.
La estrella mediática del Estatut se difumina y estos días sólo se hablará del retoño de la Casa Real. Las proclamas de una
Catalunya Lliure en una «nación de naciones» quedan para el 2-N, un
devaluado debate en el que más de uno comparará la futura reforma de la Carta Magna por la
bienaventuranza borbónica con los cambios de identidad que exige la
Cataluña más hipernacionalista.[Actualización, 17.30]Dicho y hecho. El conseller primer de la Generalitat, Josep Bargalló (ERC), dijo hoy que el nacimiento de la Infanta Leonor es una «buena noticia» y añadió que la reforma de la Constitución no debe limitarse a evitar la discriminación de género en la Corona, sino que debe
plantearse «de forma abierta» para adecuarla a la realidad «de las naciones que conforman el Estado».